Con diferencia, una de las preguntas que más me hace la gente cuando empiezan a querer construirse un Sistema de Gestión del Conocimiento es la de qué herramienta usar.
Seguro que no hace falta que repita eso que, en el fondo, ya sabes.
Lo importante no es la herramienta, es el proceso.
Pero es que en el ámbito de la Gestión del Conocimiento Personal este principio cobra un sentido aún más mayor.
Voy con algunos conceptos, para que todas partamos del mismo sitio.
Primero, por si no llevas mucho por aquí o simplemente te viene bien recordarlo → la Gestión del Conocimiento Personal se refiere a cómo usamos la información a nuestro favor para convertirla en conocimiento, ayudándonos así en nuestro aprendizaje y crecimiento personal y profesional.
Es una sub-disciplina que ha ido cobrando más fuerza en los últimos años por varios motivos.
Uno de ellos ha sido la aparición de cada vez más herramientas que nos permiten hacer lo que antes sólo podíamos imaginar .
🧠 Herramientas de Pensamiento
Estas herramientas nos facilitan, no solo guardar nuestros pensamientos y reflexiones en un formato digital, lo que a su vez nos permite almacenarlas, acceder a ellas en diferentes situaciones y contextos e incluso buscarlas.
También nos permiten organizar esas ideas, esos retazos de información en forma de notas, y conectar esas piezas de diferentes maneras para, posteriormente, crear nuevo conocimiento.
Estas herramientas, entre las que se encuentran algunas ya establecidas como Notion, Roam u Obsidian, han venido a categorizarse como Tools for Thought.
«Herramientas de Pensamiento»*
Y se llaman así porque están desarrolladas con una visión; ayudar a la gente que las usa a aumentar sus capacidades mentales, por el simple hecho de usarlas.
Es decir, ayudar a la gente a pensar mejor✨
Y como esto puede sonar un poco abstracto, vamos a aterrizarlo un poco.
*Sólo por matizar, el tema de las Herramientas de Pensamiento es muy amplio y da para una edición aparte dentro de todo el universo de la Gestión del Conocimiento porque podríamos ponernos a filosofar sobre qué es realmente una herramienta y si es siempre un objeto físico (analógico o digital) o podría ser cualquier técnica o práctica que facilite ampliar o extender una capacidad, en este caso mental.
Si estás aquí, hay un 99.9% de posibilidades de que hayas usado, aunque sea una vez en tu vida, Notion, Obsidian, Logseq, Roam.. pero también Figma, cualquier aplicación de mapas mentales o incluso Adobe Illustrator.
Piensa en cualquier herramienta que te permita volcar tus pensamientos a una interfaz digital, ya sea de forma escrita o con dibujos, lineas o formas.
Si en el proceso de trasladar esas ideas a esa plataforma, manipularlas, reordenarlas y re-contextualizarlas, has sentido como se ampliaba tu visión sobre esa idea, como se aclaraba tu mente y como veías más allá de lo que tenías originalmente en la cabeza, podríamos decir que estabas usando una herramienta de esa categoría, aunque ni siquiera fueras consciente.
Porque ese es básicamente el poder de este tipo de herramientas; el de darte un espacio que te permita explorar y visualizar tus ideas de una forma en la que no podrías hacerlo si esas ideas se quedaran sólo en tu cabeza.
Claro, esto nos lleva a pensar sobre cómo pensamos realmente (lo que se llama «metacognición», por cierto, hoy vamos a poner Big Words encima de la mesa)
¿Te has puesto a pensar alguna vez en cómo funciona tu cabeza, en cómo te relacionas con la información?
📖 Tu relación con la información
Anne-Laure Le Cunff escribía hace tiempo como existen 3 tipos de “personalidades” a la hora de tomar notas.
— Para no entrar en complicaciones, vamos a asumir que, cuando hablamos de «hacer notas», hablamos al 100% también de diseñar Sistemas de Gestión del Conocimiento Personal 😉—
✦ Las arquitectas, que disfrutan diseñando procesos, pensando en marcos mentales, y que tiran a un sistema que necesite imponer algo de estructura en esas ideas.
✦ Las jardineras, que toman notas con el objetivo de desarrollar nuevo conocimiento, de conectar ideas, sin importarles tanto la temática alrededor de la cual puedan organizarse las mismas.
✦ Las bibliotecarias, que disfrutan guardando conocimiento externo, construyendo su propia biblioteca de recursos, y necesitan un sistema que les permita acceder a ese conocimiento rápido.
En realidad, todo se reduce a cómo nos relacionamos con la información, ya sea externa (en forma de recursos como artículos o libros) o interna (ideas, reflexiones, pensamientos) y qué necesitamos de ella en cada momento.
Si necesitamos o preferimos curar recursos externos, coleccionarlos y resumir los pensamientos de otros, o nos gusta más tomar nuestras propias notas y dejar que se desarrollen con el tiempo.
O incluso como combinamos ambos enfoques dependiendo de las necesidades.
Y aquí es donde viene la imposibilidad del match perfecto.
🔨 … and thereafter our tools shape us
Igual que tu tienes una personalidad única, te relacionas con la información de una manera concreta (en ocasiones incluso fluyendo de una a otra dependiendo de lo que te pida el contexto) y tu cabeza funciona de manera distinta a la mía, las herramientas también tienen su personalidad propia.
Cada una refuerza una mentalidad, una manera de trabajar en ella.
Cuando usas una plataforma para pensar, estás sumergiéndote en la propia idiosincrasia de esa herramienta; estás dejando que tus procesos mentales sean influenciados por ella, para bien o para mal.
Así que, cuando eliges una herramienta, en el fondo estás eligiendo ya cómo vas a diseñar el sistema en ella; en qué te vas a centrar más, qué mentalidad va a ser la predominante.
Pero un sistema no está formado sólo por un elemento, así que todo tu Sistema de Gestión del Conocimiento no puede estar predeterminado por la herramienta que elijas al principio.
Tiene que ser la combinación de tu mentalidad, de tus valores, de cómo te relacionas con la información para conseguir tus objetivos y, al final, cómo eliges la herramienta que te permita hacer eso.
Porque la Gestión del Conocimiento Personal es un viaje de auto-descubrimiento, de aprender a usar la información a tu favor en los diferentes aspectos de tu vida.
Si empiezas ese viaje eligiendo la herramienta que te ha recomendado otra persona, te estás dejando por el camino todo lo demás, cuando es precisamente descubrir esas cosas sobre ti misma lo que hará que tu sistema sea el perfecto para ti.
No es la herramienta lo que te va a hacer estar más organizada o conseguir lo que te propones. Es el sistema. Y las preguntas que puedas hacerte antes para diseñarlo.
Pero si esta pregunta no tiene nada que ver con las herramientas ¿por dónde empezar este viaje?
🤔 No busques la herramienta, busca el problema
Empieza haciéndote preguntas que te lleven por caminos más diversos, que amplíen tu visión en vez de reducirla a una sola alternativa.
¿Qué herramienta con backlinks me recomiendas? → ¿Cómo puedo conectar ideas de manera que se desarrollen y crezcan con el tiempo?
¿Qué herramienta me permite tenerlo todo más organizado? → ¿Cómo me aseguro de guardar únicamente lo que necesito en cada momento?
¿Cuál es la herramienta cuya búsqueda funciona mejor? → ¿Cómo guardo lo que encuentro pensando en cómo y dónde va a serme útil antes?
Si eliminas esas preguntas de la ecuación y te vas directa a la herramienta de moda, o la herramienta que te recomiende el gurú de turno, estarás privándote del placer de encontrarte a ti misma en el proceso, así como tu manera ideal de pensar y de crear.
Y si. La herramienta importa en este camino.
Pero sólo en la medida en la que te permita a ti, con tus propios procesos mentales, la forma concreta en la que funciona tu cabeza y tus conexiones neuronales, trabajar y pensar de manera que la misma herramienta desaparezca, que sólo quedes tú con tus ideas.
Hazte las preguntas que te permitan aprender sobre ti misma lo suficiente como para encontrar el conjunto de herramientas, de procesos, de enfoques que te eleven a ti, que potencie tus habilidades pero también tus peculiaridades, y te permita hacer con todo ello Tu Mejor Trabajo ✨
