Gestión del Conocimiento: algunas cosas que quizás no sabías
El otro día me metí con cero expectativas en Twitter (ese sitio al que sigo entrando por pura costumbre y del que salgo un 50% hastiadísima y otro 50% enamorada del mundo) y me encontré este hilo.
En él, su autor —siguiendo esa tendencia que resurge cada cierto tiempo de criticar algo de lo que mucha gente habla pero tu no entiendes— se dedicaba a listar todas las razones por las que ,según él, la Gestión del Conocimiento Personal (o Personal Knowledge Management/PKM en inglés, para que nos sigamos todas) estaba sobrevalorada.
Me iba a poner a contestar en otro hilo pero a los dos o tres minutos me di cuenta de que tocaba muchos puntos que merecía la pena desgranar y que se me iba a quedar un poco largo para un quirky remark en Twitter, así que decidí aprovechar el momentum, seguir escribiendo y guardármelo todo para un formato más reposado.
Y aquí estamos.
Disclaimer: He escrito esto sin ninguna acritud hacia Toan Truong, al que por cierto había leído un par de semanas antes otro hilo bastante currado, así que no hate at all.
Sus quejas y decepciones (que, por cierto, usa para poder hablar al final de “su libro”) me han venido de perlas a mi para hablar yo del mío 😉
Vamos a desmontar cositas y de paso intentar explicar otras.
I think building a second brain (PKM) is overhyped and overrated.
Segundo Cerebro (Second Brain) ≠ Gestión del Conocimiento Personal
Me gusta un poco que en el primer tweet en realidad ya haya un tropiezo importante. Aunque en realidad no es la primera persona a la que leo/escucho equiparar estas dos cosas como si fueran lo mismo.
Por mi experiencia, introducirse en este mundo (o hacerlo de manera consciente e intencionada, ya que todos estamos —en mayor o menor medida— dentro) pensando que vas a acabar con una especie de exocerebro todopoderoso que piense por ti y que de eso va la Gestión del Conocimiento, es empezar con las expectativas demasiado altas.
Por no decir totalmente imposibles.
Primero.
“Construir un Segundo Cerebro” NO es equivalente a la Gestión del Conocimiento Personal, a pesar de que Toan use ambos términos como si lo fueran.
En realidad poner uno al lado de otro es como decir que GTD = Productividad.
Uno es un método, el otro es una disciplina entera.
Como yo he explicado ya, el concepto de «Segundo Cerebro» es un término inventado por una persona que vende un curso y un libro con ese mismo nombre, para referirse a un sistema(*) que requiere de una (o varias) herramientas, externas a nuestra propia cabeza (porque nuestros cerebros no son buenos reteniendo información), en las que poder guardar nuestras ideas para, posteriormente, organizarlas, destilarlas y hacerlas accionables.
Todo esto son, en realidad, diferentes pasos del proceso creativo, ya que de eso en parte se encarga la Gestión del Conocimiento Personal.
Porque no, no sólo va de ordenar la morralla de internet o los cuadernos que tienes en casa; va de interactuar con la información a nuestro alrededor (procesarla, organizarla, pero también usarla para crear ✨cosas✨)
Un «Second Brain» es el nombre cool que Tiago Forte le ha puesto a su propia interpretación de esa disciplina; el proceso que ha convertido en su signature framework y ha comercializado y por el cual cada persona podría llegar a crearse ese sistema siguiendo los pasos que él propone.
(*) 🪧 Un sistema NO es una herramienta. 🪧
Un sistema, en el contexto de la Gestión del Conocimiento Personal, se refiere al conjunto de elementos que nos ayudan a interactuar con la información para poder convertirla en conocimiento.
Está formado por herramientas, si, pero también está formado por hábitos, por procesos (como el que propone Tiago Forte) y por los propios resultados que se producen del mismo sistema; la retroalimentación que generan.
Incluso tu propia mentalidad forma parte de tu sistema de Gestión del Conocimiento Personal.
Es decir que no es un entregable, ni una herramienta, ni algo con un botón de apagado y encendido. Tampoco es una caja o repositorio digital donde guardas cosas.
💣
Lo que me lleva al siguiente punto.
I enjoy reading random internet stuff and need a place to store my notes. This is all I am asking for.
Guardar cosas sin más NO es gestionar conocimiento.
Este es uno de los mayores mitos/problemas que me encuentro en formaciones o asesorías o básicamente cada vez que hablo con alguien que esté preocupado/a por este tema.
La disciplina de la Gestión del Conocimiento Personal ha tenido un resurgimiento en los últimos años por el propio aumento de la información con la que tenemos que lidiar cada día.
Los inputs siguen creciendo, pero nuestra capacidad para procesarlos sigue siendo la misma que hace cientos de de años, así que acabamos en un estado de infoxicación; incapaces de tomar decisiones, no por falta de información, sino precisamente por su exceso.
Queriendo huir de ese estado, buscamos soluciones que nos permitan guardar toda esa información para no tener que preocuparnos de perderla, olvidarla o no volver a verla.
Pero la realidad es que guardando todo aquello que nos encontramos no estamos gestionando conocimiento, estamos intentando gestionar nuestro propio FOMO.
Nuestro miedo a perdernos algo; información que pueda sernos útil en algún momento o que creemos que deberíamos saber.
Por supuesto esto no funciona. Por varios motivos, pero me centraré en dos:
uno. No únicamente porque sólo hay una cantidad (y no es muy elevada) de información que puedas guardar en cualquier sitio, tu cabeza incluida, hasta que directamente olvidas que está ahí.
dos. También porque, en la gran mayoría de los casos, lo que la gente está guardando no son sus notas, sino directamente la información en bruto. El artículo entero, la infografía en crudo, el enlace al hilo de X, ese video de Instagram que tienes en marcadores.
Y voy problema a problema:
primer motivo por el que guardar sin más no funciona:
Si sigues guardando, como dice el amigo Toan Truong, random internet stuff, y continúas haciéndolo ad infinitum, van a acabar pasando 2 cosas, dependiendo de tu relación con la tecnología:
▶︎ el escenario más “conservador”. Llenas tu Pocket, tu app de notas, tus grupos de Whatsapp con todo lo que te encuentras que crees que podría serte útil hasta que llegas a ese punto en el que eres incapaz de encontrar nada y por lo tanto todo eso deja de ser útil.
En ese caso, de nuevo, suelen pasar dos cosas, a veces combinadas:
1. Culpas a la herramienta. Te cambias a la nueva de moda que promete ser la definitiva porque tu gurú de productividad favorito la usa o porque es preciosa y super asthetic y minimalista o te genera una representación de tu propia red neuronal o yoquesé.
2. Te culpas a to misma y/o te cuestionas a los demás: Sigues con tus grupos de Whatsapp, tu Evernote o tu Pocket lleno de cosas y das por perdido “lo del Segundo Cerebro” porque eso no es para ti o miras por encima del hombro a aquellas personas que se complican la vida, cuando a ti siempre te ha ido mejor la aproximación lean.
▶︎ el escenario tecno-optimista: Sabes que muy pronto la tecnología evolucionará hasta el punto de que las conexiones aparecerán solas, o la IA te lo organizará todo y tu tendrás que dejar de pensar donde lo guardas o recordar donde lo tenias. Aún mejor, podrás dejar de pensar y te dedicarás a preguntarle a la IA o el bot de turno lo que quieras sobre lo que has guardado 🤯
Segundo motivo por el que guardar sin más no funciona:
En ninguno de los dos escenarios anteriores estás interactuando con la información más allá de guardarla, quizá incluso organizarla si eres de esas personas que disfrutan (hasta que dejan de hacerlo) de organizar sus marcadores o sus listas de cosas.
Cuando llegue la IA harás lo mismo sólo que, en vez de organizar o buscar nada, le preguntarás a ella.
Básicamente lo que llevamos haciendo toda la vida con Google, pero esta vez con sólo aquello que has guardado tú, por lo que idealmente te contestará con resultados mucho más personalizados. Right?
(no sé si vas viendo lo absurdo de ver la IA como la solución definitiva a tu búsqueda de sacar más partido a la información, si estás dando vueltas sobre el mismo conjunto de datos más o menos contextualizados)
Y es que cuando digo que “no estás interactuando” me refiero a que no hay un contacto intencionado y comprometido entre ti y esa misma información; estás guardando lo que cae en tus manos sin tratarlo antes.
Y cuando digo “tratar” no me refiero a “procesarla” u “organizarla” (esto es, decidir dónde deberías guardarla), sino a trabajarla; a tener una conversación con ella, a valorar cómo apoya o contradice ideas o modelos mentales existentes.
Así es como convertimos la información en conocimiento, dándole sentido y significado a aquello que previamente hemos guardado.
Toan lo sabe, y procede entonces a criticar que estas herramientas no te ayudan a todo esto.
You forget something when it’s:
• Irrelevant/ non important to you
• Disconnected from your existing knowledge
Captured… yes! Remembered… hell no!
You have the illusion of learning, but not really learned much.
Lo que me lleva al siguiente punto 👇
(pero antes… está comparando recordar con aprender? oh no, he did nottt 👀)
Las herramientas para pensar no son herramientas que piensan
Después de quejarse de que ninguna herramienta te ayuda a recordar, procede luego a vender su idea, que es la de usar el pensamiento complejo para llegar ahí donde las herramientas no llegan.
(realmente él habla de “PKMs” así como si fueran manzanas al peso, lo que a mí me provoca un poco de urticaria a la par que vergüencita, porque se nota que no sabe de lo que está hablando y además es como demonizar toda la disciplina sólo porque tu no has sabido usar las herramientas para conseguir tus objetivos)
Y OKAY.
Esto me devuelve a la premisa de todo esto, y es que por la decepción de este chico creo que le ha pasado como a la gran parte de la gente que se pone a investigar sobre este tema cuando se entera de que existe:
Ha creído que descargarse y empezar a usar X herramienta iba a ser la solución a su problema de no estar sacándole partido a la información, cuando en realidad estas herramientas —no importa lo sofisticadas que sean— sólo están para ayudarte a hacer mejor algo que deberías hacer tú, que es pensar.
(Por eso se llaman “Herramientas para Pensar” y no “Herramientas que Piensan”)
Cuando se ha dado cuenta de que la herramienta no pensaba por él, o no le ayudaba a tener más ideas así por las buenas, ha tomado la actitud de “this is dumb” y back to the basics, sólo que en su caso los basics son su propia cabeza y “su libro”; el pensamiento complejo.
Y, de nuevo, OKAY por él.
Yo no tengo un software que quiera venderle a nadie, pero si me importa que las falsas presunciones se extiendan si yo tengo algo que decir sobre ello (🦸♀)
Porque, ¿no es la capacidad para el pensamiento complejo una habilidad que implica el análisis y la evaluación de la información?
¿Y qué hay de malo en usar una herramienta digital para ayudarnos en ese proceso?
Profundizando un poco más en el razonamiento que sigue en el hilo, todo me lleva a pensar que —de nuevo, como tanta otra gente— no se está teniendo en cuenta en el repertorio de herramientas una de las más antiguas y poco sofisticadas que existen; las notas.
Porque para eso antes habría que hacer una distinción importante que, una vez más, muy poca gente decepcionada hace.
Tomar notas ≠ Hacer notas
Todas sabemos lo que es tomar notas.
Algunas personas lo consideran útil, otras una pérdida de tiempo, pero estoy segura de que la gran mayoría de nosotras lo hemos hecho en algún momento de nuestras vidas.
Lo que no sabe todo el mundo es que tomar notas no tiene nada que ver con hacer notas, y que (sorpresa) el resultado de ambas aproximaciones difiere bastante en valor.
✦ Tomar notas: Apuntar algo para recordar lo que hemos leído u oído.
✦ Hacer notas: Escribir lo que estamos pensando para darle sentido a nuestras ideas.
Piensas escribiendo. El pensamiento no ocurre sólo en tu cerebro, sino que estás pensando en y con el papel (o en el entorno digital en el que suelas escribir).
Las notas son, vistas así, una herramienta de pensamiento más. Y, como toda herramienta, requiere la aplicación de energía, en este caso mental.
Tienes que hacer el esfuerzo activo de asimilar la información con la que estás tratando, de darle sentido a aquello que pasa por tu cabeza.
El hacerlo en un medio que genere a su vez feedback visual, como es el papel o una pantalla, te permite seguir explorando ángulos, diferentes aproximaciones o preguntas sobre una misma idea; estás creando y no sólo recordando.
Esto va mucho más allá de subrayar un texto en Kindle y apuntar lo que has entendido; hablamos de usar las notas como un lienzo de descubrimiento, de apertura mental, de divergencia pura.
Por supuesto esto requiere un esfuerzo, que es otro de los motivos de decepción de tanta gente; creen que la herramienta maravillosa les permitirá volcar todos los subrayados que tienen, sin preocuparse por nada más, y las conexiones surgirán solas, porque organizar (ya sea entendido como ordenar, o entendido como crear conexiones) es una pérdida de tiempo.
Esto no lo digo yo, claro, lo dice Toan en la continuación de su apuñalamiento a todas las herramientas y disciplinas relacionadas con la Gestión del Conocimiento.
Pero esa continuación ya la contra-argumento en futuras ediciones, que el hilo era bastante mina y no quiero desgastarlo todo hoy 😊
Eso si, aquí las conclusiones so far:
Si, como el amigo Toan, tu también te has dejado llevar por la promesa del “Segundo Cerebro” (o de la Gestión del Conocimiento Personal si has hecho más research que él) como la respuesta definitiva a tus problemas de no-saber-qué-hacer-con-todo-lo-que-consumes y —después de unos meses— sigues igual, quizá sea porque:
→ Has querido delegar a una herramienta un trabajo que sólo puedes hacer tú. Empieza a tener una conversación activa con tus ideas; a hacer tus propias notas en vez de regurgitar los pensamientos de otros.
Cuando empieces a hacer eso, replantéate la herramienta y elige una que soporte tu manera de pensar. Quizá este post te ayude.
→ Si te has venido abajo porque esto es “too much work”, puede ser por dos motivos:
☝️ Quizás estás guardando información por encima de tus propias posibilidades. Valora la posibilidad de guardar menos pero pasar más tiempo con aquello con lo que decides interactuar.
✌️El siguiente y cómo aproximarlo lo dejamos para otro día.
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