Últimamente estoy recibiendo muchos mensajes preguntándome sobre *cosas* de Gestión del Conocimiento, Second Brains, Jardines Digitales, etc…
Me encanta porque you know que es un tema que me flipa y del que podría hablar horas y horas así que toda oportunidad para hacerlo la recibo con los brazos abiertos.
Y a la vez me he dado cuenta de que —a pesar de estar pensando y hablando de esto constantemente en público— casi siempre lo hago como un paseo alrededor de esas ideas y no me dedico tanto a explicarlas de manera clara y ordenada.
Por eso hace unos días me plantee ir poco a poco creando piececitas que vayan aterrizando cosas de una manera más útil o simplemente aclaratoria.
Porque soy consciente de que, cuando metes la cabeza aquí, puede fliparte pero también puedes paralizarte por *la nebulosa* que es todo.
Iba a empezar por algo muy práctico.
Cómo uso Notion como Second Brain y por qué uso esa herramienta y no otras (habiendo probado muuuchas)
Pero en realidad, si vamos a hacer las cosas ordenadas, antes debería explicar la diferencia, para mi, entre este concepto de Segundo Cerebro y otro que también suele oírse dentro del ámbito de la Gestión del Conocimiento (y del que —si ya llevas un tiempo por aquí — también me habrás leído bastante):
El Jardín Digital.
Porque yo los entiendo como algo diferente. Dos maneras de trabajar con las ideas.
Y quizá verlos así también te ayude a ti a ir quitando capas de complejidad a todo esto.
Cuando yo pienso en Jardines Digitales, el 85% del tiempo, pienso en el Jardín como Entorno de Pensamiento Personal.
(Y «personal», como siempre, aquí es la palabra clave)
Pero este jardín digital personal es una evolución de la idea de “Jardín Digital como arquitectura web” de la que hablé en su día aquí.
Ese espacio a medio camino entre el blog público y el bloc de notas.
Un lugar mucho más libre, orgánico y casi desordenado, que invita a la reflexión y a pasear por las ideas.
Sólo por recordar un poco:
Esta concepción de la web como un Jardín venía a ser una respuesta al modelo de Corriente que han impuesto los algoritmos y las redes sociales, un entorno en el que somos bombardeados por retazos de información rápidos y sobre-simplificados que nos ponen muy difícil realmente ver una situación o problema desde diferentes ángulos para poder entenderlo o aprender de él.
Precisamente porque son una suerte de acto de "rebelión" contra el modelo predominante, estos Jardines Digitales deberían ser públicos; como una manera de acercarse a esa antigua idea de la web como un lugar donde la información crece y evoluciona de manera generativa.
Donde la gente puede entrar y perderse, como en una biblioteca o —por continuar la metáfora de la naturaleza— igual que en un bosque.
Now.
Cuando yo hablo de “mi jardín digital”, hablo de mi propio rincón para el pensamiento ✨
Parte del mismo concepto; un espacio en el que las ideas crecen sin un origen claro y en todas las direcciones.
Un lugar en el que planto ideas como semillas y dejo que crezcan.
Pero, en esta ocasión, tener y cuidar un jardín digital nace desde el puro deseo de tener ese rincón privado, ese remanso de paz dentro de lo inhóspito e impersonal que se ha vuelto el internet más mainstream.
Un espacio libre de ruido en el que poder dejar que nuestras ideas crezcan sin prisa, sin juzgarlas.
Donde no hace falta llegar a conclusiones ni buscar la Razón, sino tener un entorno donde poder comprender mejor el mundo, desde todos sus ángulos y con un objetivo enfocado al puro crecimiento personal.
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Esta idea tiene su contrapunto en la del Segundo Cerebro o «Second Brain».
Un término que, en realidad, se inventó Tiago Forte para encapsular en él la idea de tener un lugar, externo a nuestra cabeza, donde poder guardar toooda esa información que pasa por nuestra vida en el día a día.
Lo más parecido que tenemos ahora mismo a esa plataforma externa son lo que ha venido a llamarse “Tools for Thought” (Herramientas de Pensamiento) que han pasado de ser meros cajones digitales a aplicaciones super sofisticadas que te permiten visualizar tus ideas de diferentes maneras y casi manipularlas con diferentes patrones de interacción.
Pero no olvidemos que sigue siendo un término de marketing.
En realidad, un Segundo Cerebro es un resultado.
Es lo que obtienes cuando aplicas un sistema, una serie de pasos y métodos que te ayudan a interactuar con la información para asegurarte, no sólo de guardarla, sino de saber cómo procesarla para —sobre todo— usarla.*
(*) Y hago este subrayado porque leo y escucho a mucha gente hablar de sus “Segundos Cerebros” pero en realidad lo que tienen es un cajón de información. Más o menos ordenada, pero básicamente una caja con cosas.
Y, let’s be honest, eso sigue siendo un Pocket vitaminado. Le has puesto un nombre cool y quizá muchas etiquetas o incluso estás conectando unas fuentes con otras, pero si no usas esta información para convertirla en conocimiento para ti (y/o para otros), sigue siendo un cajón de sastre.
Para que esto del Segundo Cerebro funcione y no lo dejemos abandonado porque es “too much work” y no vemos el retorno, uno de los cambios de mentalidad más importantes es el siguiente:
Pasar de pensar en la información según lo que puede significar, a hacerlo pensando en dónde vamos a poder aplicarla, para qué Proyecto nos sirve.
Este cambio de enfoque hace un par de cosas:
uno. Dejas de pasar tiempo pensando en de qué es eso que estás guardando...
(es “desarrollo personal” o es “psicología”? es “marketing” o “redes sociales”? cómo lo encuentro luego??)
... y pasas más tiempo pensando en para qué vas a usarlo 👌
dos. Para asegurarte de que realmente aplicas la información que guardas, antes tienes que tener claro cuáles son los proyectos más importantes de tu vida en cada momento, porque esos son los proyectos que se nutrirán de ese material.
Hay más matices pero, como ves, este sistema requiere una estructura desde el principio.
No es mucha ni es complicada, pero te “fuerza” a hacerte algunas preguntas cuando te encuentras con una pieza de información (e incluso con tus propias ideas) para buscar siempre su aplicación más práctica; qué es lo que quieres hacer o conseguir con esa pieza de información.
Tiago Forte (si, el que se inventó el término, hizo un curso y luego escribió un libro sobre el tema) es experto en productividad y, como tal, el sistema con el que ha dado se enfoca, sobre todo, en eso.
Un Segundo Cerebro no es solo un cajón para guardar información, es un sistema pensado para usar esa información como bloques de construcción de nuestros proyectos.
Está muy bien y es muy útil.
Pero no cubre todos los aspectos de la realidad.
A veces sólo queremos jugar con nuestras ideas, seguir nuestra curiosidad por el simple placer de hacerlo.
Pasar tiempo con nuestros pensamientos y reflexiones aunque no vayan a llevar a “nada”.
Únicamente a entender mejor el mundo o entendernos mejor a nosotras mismas.
Que —por si el énfasis no lo dejaba claro— en realidad es *mucho*.
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Por eso yo distingo entre ambos sistemas.
Los distingo porque mi propia manera de gestionar la información y el conocimiento contempla esta dualidad:
Una cosa es usar la información como bloque de construcción en mis proyectos y otra cosa es usar la información para alimentar mi curiosidad y tener una visión más completa del mundo o de mí misma.
Y ojo. Muchas veces todo esto ocurre de manera orgánica.
Lo que entra como información altamente accionable, en el proceso de trabajar con ella acaba generando nuevas chispas, momentos de insights que dan lugar a nuevas ideas, esta vez mías.
Esas ideas son las que van a mi Jardín Digital, donde nada tiene una fecha, donde me permito ampliar la mirada y sencillamente dejarme llevar por la curiosidad y abrazar la incertidumbre.
Con el tiempo, puede que esa idea vaya creciendo y acabe, a su vez, convirtiéndose en material para otro proyecto, pasando a alimentar ese Segundo Cerebro.
Todo funciona porque, al final del día, tanto mi Segundo Cerebro como mi Jardín Digital son sub-sistemas que forman un conjunto mayor, mi Sistema de Gestión del Conocimiento.
Un Sistema que se apoya en diferentes herramientas para cada objetivo y que además está compuesto por rutinas, hábitos y mucho auto-conocimiento, que hacen que todo esto no se quede sólo en la teoría sino que sea aplicable en mi día a día.
Que tenga en cuenta mis necesidades, mi momento vital, creativo o la fase de emprendimiento en la que me encuentre.
BOLA EXTRA
Mi Sistema de Gestión del Conocimiento Personal vive a medio camino entre Notion y Obsidian, porque cada herramienta me permite aproximarme a las ideas y al conocimiento de una manera distinta dependiendo de lo que necesite en cada momento.
(uso estas como podría usar otras si hubiera pasado el tiempo suficiente como para sentirme igual de cómoda en ellas, esto no es cuestión de herramientas sino cómo trabajas tú en ellas)
Pero —igual que mi Jardín Digital en Obsidian o mi Segundo Cerebro en Notion son sub-sistemas de otro mayor— ese sistema mayor de Gestión del Conocimiento es, a su vez, otro sub-sistema dentro de mi propio Sistema Operativo Vital.
Allí vive la parte de Gestión del Conocimiento pero sólo es un componente más dentro de mi vida, que contiene muchas más áreas.
Mis valores, mi visión, cómo diseño mis días en base a eso (esto lo expliqué en la última edición), todo lo que tiene que ver con mi salud, mis relaciones o mi negocio son también parte de él.
Todo son cosas distintas. Cada una es su propio pequeño sistema y, a la vez, forman parte de ese sistema mucho mayor → el conjunto de reglas y principios que me ayudan a operar alineada con mis valores y al máximo de mis habilidades.
Cómo lo diseño, en qué me baso, de qué se compone y cómo puedes hacerlo tu con tu propia vida es de lo que trata el System Design Kit.
Que es un curso en construcción pero que también tiene una comunidad.
Por ahora hablo de ello como si fueran lo mismo, pero esa comunidad en algún momento de este año tomará entidad propia (todavía no he decidido el nombre) y contendrá el System Design Kit pero también otro contenido (en forma de cursos completos o talleres ya incluídos) que hagan más hincapié en componentes concretos.
Por ahora cuesta 179€ (renovable anualmente) pero, obviamente, según vaya creciendo el contenido el precio subirá, así que me toca recordarte que —al menos de momento— está abierta y puedes unirte cuando quieras para tener acceso inmediato a todo lo que ya hay.
Y todo-lo-que-ya-hay es parte de ese currículum, si, pero también el contenido que se está generando dentro de la misma comunidad.
Y es que por el momento* puedo permitirme estar ahí y profundizar en las cosas que voy contando aquí (o lo que vaya surgiendo) de manera mucho más desarrollada, no sólo en forma de Office Hours y, soon, más eventos, sino en los mismos comentarios/reflexiones/debates que se van generando 🙂
*(tampoco sé cuánto durará esto, supongo que si va creciendo no será sostenible, pero por ahora voy pudiendo hacerlo 🤞)
* * *
Así es como yo lo hago, porque así es como yo siento, pienso y entiendo todo esto.
Quizá tu lo hagas de otra manera, y si es así me encantaría saberla porque soy absoluta FAN de conocer más sobre los sistemas de otras personas, sobre todo por el proceso de pensamiento detrás.
También es posible que esto te haya sonado un poco abstracto o no hayas terminado de verle el valor a esto de “Gestionar Conocimiento”.
Si es tu caso, también te invito a que me contestes y me lo digas o que me cuentes donde están tus dudas/bloqueos.
Quiero acercar esto a más gente y estoy pensando en empezar a escribir de una manera más ordenada todas las ideas que tengo sobre ello, así que me sirve de mucho todo lo que puedas contarme, especialmente porque espero que luego te sirva a ti 🙂
