Como encontrar tu voz
Unas horas antes de programar esto me doy cuenta de que hace un par de semanas se cumplieron 2 años desde que esta newsletter cambió de nombre y propósito y pasó de llamarse Aprende Notion a convertirse en lo que es ahora, MakinProcess✨
Me estoy reservando el momento celebración para cuando lleve 100 ediciones (porque no me lo creo ni yo pero sólo lleva 83 😱) PERO si que puedo hacer un throwback a ese momento, hace dos años.
Porque ese movimiento fue el primero en una cadena de acciones para intentar desasociarme de una herramienta, Notion (o al menos no encadenarme a ella) y de poner el foco en mí como persona.
Ayer reflexionaba un poco sobre esto. Sobre lo difícil que es tomar esa decisión y mantenerse en ella.
Y hoy lo enlazo con lo que pasa después.
Cómo encontramos nuestro hueco por cómo somos y no por aquello que hacemos o en lo que nos hemos especializado.
Cómo encontrar tu voz (y hacerla oír por encima del ruido)
Con diferencia, uno de las mayores bloqueos que encuentro en la gente que se está planteando empezar a crear algo (además del viejo conocido «pero de qué hablo si no soy experta en nada??») es:
«¿Pero qué hago si ya está todo hecho?»
No sé si has visto Buscando a Nemo.
Si no, esta Semana Santa ya tienes algo que ver después de La Vida de Brian.
Hay una escena en concreto en la que Marlin, el padre del pececito protagonista, está nadando abatido en medio de un montón de peces.
Todos en la misma dirección, todos iguales, con las mismas ojeras y las mismas voces.
Entrar ahora mismo en cualquier red social es igual.
Y yo siempre me he quedado un poco sin saber qué decir cuando me plantean esa segunda preocupación.
Porque verdaderamente creo que, si a mí ahora mismo me metieran, como a Marlin, en el océano infinito de posibilidades que es internet y me fijara en esos bancos de peces iguales —todos hablando de sus cosas y tan centrados en su mensaje— en el fondo me sentiría igual de desamparada como ese pequeño pez payaso.
Con la sensación de que todos a mi alrededor han encontrado su cauce y su voz y yo estoy ahí, sin saber muy bien hacia dónde nadar, bloqueada en medio de las posibilidades.
Voy a dejar aquí la metáfora antes de que se me vaya de las manos o te cuente el final de la película.
Pero el caso es que, aunque este tema (tema al que internamente he puesto el dramático nombre de «hacerte oír por encima del ruido ensordecedor de la irrelevancia digital») es un tema al que vuelvo mucho, desde hace unas semanas lo veo cada vez más relevante.
Y siento que —desde la pequeñísima plataforma que es esta newsletter— tengo la oportunidad/responsabilidad de intentar, por un lado, desmitificar esa idea que a veces asusta tanto de la ✨originalidad✨.
Y, a la vez, poner el foco en lo que creo que es verdaderamente importante y que se nos suele olvidar en medio de todo ese ruido.
Mi conclusión, o la reflexión de estos últimos días que te suelto aquí en la intimidad, es la siguiente:
Cuando te preguntas «¿de qué hablo?» o «¿sobre qué escribo?» o «¿qué construyo?» y dejas que la falta de respuesta a eso te paralice, en realidad estás pensando en Crear mirándolo desde el ángulo menos interesante.
Una vez más, centrándote en el contenido, cuando la realidad es que deberías poner el foco en el Continente.
** inciso para aclarar las cosas si no llevas aquí mucho o te perdiste esos capítulos **
Tengo very strong opinions sobre el término «Crear contenido» y, aquí donde me lees, no me siento muy identificada como alguien que se dedique a ello.
Versión corta de esta (insisto, very strong) opinion 👇
Yo entiendo el contenido como “algo que llena un vacío”.
Ponerle el verbo «Crear» delante para mí es una manera de romantizar el marketing de toda la vida¹.
Lo que lleva a la necesidad/obligación de llenar ese vacío con loquesea² (muchas veces simple ruido), para conseguir más tráfico o más impactos.
Creo que —si estás de verdad Creando/Construyendo— hay que jugar a largo plazo.
Es mucho más eficaz, y un motor de crecimiento mejor a todos los niveles, intentar llegar más hondo. Aunque sea con menos frecuencia, pero con más profundidad.
** fin del inciso. si quieres profundizar más, al final te dejo un par de enlaces 😉 **
Pero esa no es la única razón para cambiar el ángulo y centrarse en el verbo («Crear») y no en el complemento («contenido»)
Y es que el contenido ya es una commodity.
Puede venderse y comprarse. Puede copiarse.
Puede compararse.
— Por cierto, eso es lo que haces tú y es una de las razones por las que estamos aquí hoy hablando de esto. Porque no puedes NO comparar las ideas que hay por ahí con las posibles ideas que tú tienes en la cabeza —
Ahora, el contenido, las ideas de negocio, lo que antes era “original”, resulta que también puede generarse de manera automática.
Delegarse a una máquina que lo haga mucho más rápido (e incluso mejor) que nosotras.
El ✨contenido✨ por si mismo, incluso aunque esté creado por ti, ya no es lo que va a hacer que te diferencies del resto.
Así que enhorabuena 🥳
Ya puedes quitarte toda esa presión de encima de tener que ponerte a elegir un tema del que hablar/escribir/hacer videos o de dar con la idea única y definitiva alrededor de la cual construir algo.
Porque en el momento en el que quitas el foco de todo aquello que no dependa de ti (un lenguaje de programación, una herramienta, una disciplina o incluso los pains de un sector de la población concreto) puedes dejar de competir por ser “la mejor” y puedes centrarte en destacar cómo eres diferente.
Y cuando hablo de ser diferente, no me refiero a lo que haces, sino a quién eres.
Y aquí vuelvo a lo personal, sólo por ilustrar esto.
🥫El ingrediente secreto
Cuando yo renuncié a apalancarme en Notion y en la especialización en una herramienta, lo hice porque no quería construir nada que se cimentara en algo que no dependiera de mí.
Estamos aburridas de oír hablar sobre la importancia de no depender de los algoritmos, de llevarte a tu audiencia a un sitio que tú controles, como una lista de email, para no sembrar en terreno ajeno.
Curiosamente, a nadie le tiembla la voz cuando te aconsejan encontrar un nicho y especializarte en él.
Nadie menciona la carrera de la rata en la que inevitablemente te metes cuando decides especializarte de verdad en algo.
Cuando te posicionas como experta en una herramienta cuyo roadmap no viene definido por tí, o te dedicas a resolver mejor que nadie una necesidad que puede desaparecer de la noche a la mañana.
Y si, la vida cambia, los negocios y las personas también.
Pero cuando yo me visualicé dedicando muchas horas del día a poner algo ahí fuera, me motivaba mucho más hacerlo pensando en qué era lo que más se alinearía conmigo y lo que yo creía que merecía la pena que estuviera ahí fuera.
No quería (ni quiero) hacer o no algo pensando en si voy a ser la primera en hacerlo, si voy a tener que cambiarlo en 3 meses, si está compitiendo por precio o si me va a ayudar a subir un escalón más para ser la mejor en X.
Diseñar para ti ese escenario en el que no sientas que estás dejando pasar todos los trenes que te llevarían al “éxito” pasa por hacer renuncias.
—En realidad pasa por muchas cosas, pero vamos a centrarnos en las renuncias.—
Renuncias a la claridad mental que te da centrarte en una sola cosa.
Renuncias a centrar toda tu energía en dominar algo la perfección.
Renuncias a lo sencillo que es situarte en un marco de entendimiento común para que te reconozcan (yo lo llamo “ponerte una etiqueta”).
A la vez, te esfuerzas por subrayar las múltiples formas en que tú eres diferente.
👆 Yo estoy en este equipo.
En el equipo de crear algo pensando antes en tí.
Porque tú eres el elemento diferenciador.
No el nicho que eliges, ni la herramienta, ni aquello sobre lo que hablas, tu oferta o tus precios. Tú.
Tú eres lo que tienen tus cursos/videos/creaciones que no tienen las de otras personas.
Tú eres la que pones el filtro a todo aquello que haces para que lo que salga al otro lado sea único.
Ni siquiera hace falta pensar en qué te diferencias, sino sólo apoyarte en todas aquellas cosas que —sencillamente— no pueden copiarse.
✦ Tu manera de hablar. La cadencia, si usas ejemplos o no, y de qué tipo.
✦ Tus valores. Qué es importante para ti, en qué crees y por qué lo crees. Cómo has llegado a esa conclusión y como eso define tu manera de ver el mundo.
✦ Qué has aprendido de tus errores, de tu experiencia. Qué te ha marcado (si, también hablo de cicatrices emocionales) y qué impacto ha tenido en cómo eres ahora.
✦ Cómo funciona tu cerebro, cómo percibes el mundo. También somos diferentes a nivel neurológico y nuestra manera de procesar la información e interactuar con ella nos hace mejores para ciertas cosas.
Úsalo. No cambies nada.
Recuerda, esto no es cuestión de hacerlo mejor, es cuestión de crear algo alrededor de lo que es enteramente tuyo.
Porque si, el continente eres tú.
Lo que va a hacer que tú, pequeño pececillo, te diferencies del resto de peces y tengas “éxito” (aquel que tu definas) en el Gran Azul Digital, será hacerte dueña de tus particularidades, de aquello que te hace diferente.
Lo que va a hacer que te diferencies del resto y tengas “éxito” (el que tu definas) en el Gran Azul Digital, será hacerte dueña de tus particularidades, de aquello que te hace diferente.
— Comparte esto en Twitter✨
Porque necesitamos voces distintas, maneras diferentes de procesar y entender el mundo, de explicar las cosas.
Te aseguro que hay alguien ahí fuera deseando escuchar lo que tu tengas que decir y, además, dicho específicamente por tí.
Así es como empiezas a construir tu propia plataforma, una erigida alrededor de tus fortalezas, tus rarezas, tus very strong opinions, tus experiencias, tu personalidad única, que es absolutamente imposible de copiar, y que quedará ahí cuando todo lo demás evolucione o desaparezca.
No es el camino más fácil pero, si me preguntan, dos años después, es el camino que yo volvería a elegir.
✶✶✶
Más reflexiones sobre por qué en el fondo no me mola identificarme como Creadora de «contenido»:
Gracias por leer!
Si te ha gustado y quieres recibir más reflexiones e ideas sobre pensar, crear y vivir mejor, no olvides suscribirte a MakinProcess para recibir recursos e inspiración en forma de mails, cada quince días en tu bandeja de entrada.