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Free Agents

Si llevas ya leyendo esta newsletter un tiempo, te habrás dado cuenta de que en los últimos meses me he empezado a interesar mucho por el concepto de la Creator Economy y cómo creo que nos encontramos en un momento en el que se han juntado distintos factores que, de manera muy resumida, están permitiendo a la gente vivir de sus habilidades y crear sus propios "imperios" en internet.

Hice un repaso a todo el concepto en La Passion Economy y en La Creator Economy profundicé algo más en la figura del Creador y con qué cuenta para escalar. También me hice unas cuantas preguntas sobre el futuro de este movimiento en The Shape of Things to Come, entre otras como la tecnología blockchain tiene potencial para convertir todo esto en algo verdaderamente apasionante.

Como cada día pasa algo nuevo y creo verdaderamente que estamos en medio de una revolución (o al menos están pasando cosas lo suficientemente interesantes como para yo no querer perdérmelas) seguiré tirando del hilo y probablemente se reflejará aquí de vez en cuando.

Creo que puede interesar pero además también es algo que, de alguna forma, me toca a mí personalmente. Igual que a tantas personas que, como yo, han decidido empezar un proyecto propio y escalarlo para poder vivir de él.

Precisamente de esta figura, y de dónde categorizarla exactamente, es de la que quería hablar esta semana.

Como hemos hablado en ediciones anteriores, internet y las nuevas plataformas están permitiendo que, cada vez más personas que durante años han estado creando contenido en internet y haciendo crecer una audiencia a su alrededor, puedan ahora plantearse vivir de eso que antes hacían de manera casi gratuita. Este empoderamiento del individuo no sólo afecta al creador y su audiencia, sino también a todas las grandes empresas y agencias que, hasta ahora, tenían el monopolio de la distribución.

Piensa en grandes medios como el New York Times o The Financial Times que durante años se lucraron gracias a lo que escribían sus empleados y que, desde el surgimiento de plataformas como Substack, han ido sufriendo un goteo cada vez mayor de lectores según sus periodistas iban abandonando el modelo de asalariados y empezando a trabajar directamente para su audiencia en un medio en el que ellos eran los verdaderos protagonistas.

Hace unos días, Nassim Taleb lo resumía perfectamente:

Básicamente, las redes sociales y su capacidad de alcance han dado a los individuos opcionalidad.

La gente sigue a la gente, y la gente con influencia tiene ahora más poder que las compañías.

Lo hemos visto sobre todo en las agencias de medios, ya que a día de hoy son las que tienen un producto más fácilmente reproducible; las herramientas que nos permiten escribir o reproducir algo en formato audiovisual están al alcance de todos y, a partir de ahí, crear una audiencia en Substack, Twitter o TikTok no requiere desembolso económico o conocimientos técnicos.

Pero lo que empezó en el ámbito del periodismo o el entretenimiento está poco a poco empezando a permear incluso al mundo físico y ya no sólo encontramos periodistas viviendo de sus newsletters o podcasts sino, por ejemplo, pequeños artesanos huyendo de las grandes plataformas com Etsy o incluso Amazon porque cada vez tienen más herramientas a su alcance que les permiten construir su negocio y gestionarlo en un mismo lugar teniendo el control absoluto de todas sus partes.

Esto está permitiendo que, cada vez más, los creadores puedan mantenerse a si mismos. Pero también está abriendo ventanas para que personas que a priori podrían no entrar en la categoría de "creadores de contenido" (no hacen videos de youtube, no escriben newsletters ni tienen podcasts) se vean empoderados para dejar sus trabajos por cuenta ajena, empezar a lanzar proyectos en abierto y a entrar también a jugar en esta nueva economía.

Todo este cambio de dinámicas y mentalidad hace pensar que, verdaderamente, el debate sobre si el futuro del trabajo será presencial, remoto o híbrido es en realidad un debate caduco; el futuro del trabajo está en internet.

🌐 La empresa del futuro

Desde que, en marzo de 2020, nos vimos forzados a experimentar con el trabajo remoto (con el cambio de vida y paradigmas que eso conllevó, incluyendo la realización de que era posible otra forma de trabajar y de vivir) millones de personas se plantearon empezar a rediseñar sus vidas para acercarlas más a esa otra realidad; una en la que, adoptando nuevas formas de comunicación asíncrona o eliminando tiempo de transporte, tenían más tiempo para estar con sus familias, más tiempo para dedicar a otros proyectos, más tiempo para decidir cómo pasarlo y, en definitiva, más libertad. La libertad que da trabajar en internet.

Pero internet no sólo es libertad. Internet es, ahora mismo, el mayor aliado que tenemos para crecer como personas y profesionales.

Como personas porque las grandes revoluciones tecnológicas y de pensamiento se están dando ahora mismo en la nube. Si antes tenías que ir a las mejores universidades para acceder al conocimiento o conocer a las mentes que decidirían el futuro del país, ahora tienen más peso las comunidades o entornos online en los que te muevas.

Como profesionales, porque es mucho más fácil encontrar un nicho de negocio en el que movernos cómodamente —y hacerlo rentable— como individuo que como empresa; un éxito a nivel económico es mucho más fácil de alcanzar para una sola persona que para una organización de mucha mayor envergadura.

Pero además, Internet recompensa la individualidad.

Elimina las barreras entre tu potencial y lo que puedes llegar a hacer y, si lo usas bien, tiene la capacidad de acercarnos a las personas que más valoren ese potencial, ya sean clientes, audiencia o compañeros.

Como resultado, cada vez más profesiones se están transformando para pasar a ser escalables. Y cuando el límite de crecimiento no viene dado por una jerarquía vertical, sino por fuerzas puramente tecnológicas, la mejor empresa en la que trabajar ya no es un lugar físico, es internet.

🎮 El juego de Internet y los agentes libres

En lineas generales, ser ciudadano de internet es como participar en un juego de "Elige tu Propia Aventura" pero ampliado a la vida entera; tú eliges a qué juegas y con quién y, dependiendo del camino que tomes, acabarás en un sitio o en otro.

La linea entre el trabajo y el juego se hace cada vez más difusa según vas consiguiendo trabajar en aquello que te llena de verdad. Y, como en un circulo virtuoso, cuánto más juegues, más aprendes; mejor eres capaz de diseñar tus siguientes pasos, y de construir así la vida y el trabajo que quieres.

Cuando te das cuenta de esto, es muy difícil querer volver a la partida de otro.

Sencillamente, pocas empresas pueden competir con ello.

Así, vemos como cada vez hay más gente que decide probar; dejar sus trabajos por cuenta ajena y entrar en el tablero de internet creando su propio proyecto, a partir del cual ir moviendo fichas para ser los dueños absolutos de su vida y de su potencial.

No todos son creadores propiamente dichos, pero todos son jugadores de internet, porque hacen un trabajo basado en una serie de habilidades que internet recompensa de forma natural.

Llevo unos meses con esta idea en la cabeza porque me he dado cuenta de que yo misma formo parte de este "colectivo". Claro que no me llamo a mí misma "jugadora de internet" pero cuando me preguntan qué hago a veces me encuentro a mi misma respondiendo que soy un "agente libre"

¿Por qué un “Agente Libre”?

El concepto obviamente no es mío, ya existía de antes. Pero siempre se ha usado en contextos algo antiguos, más cercanos a la Gig Economy que a esta nueva ola de empoderamiento individual que estamos viviendo.

Entonces, los Free Agents eran personas que sencillamente decidían dejar de trabajar para otros y empezar a trabajar para ellos mismos. En aquellos momentos, normalmente en trabajos relacionados con la prestación de servicios, bajo un modelo no escalable de tiempo a cambio de dinero. Lo que acabó siendo la figura del "freelance" pero dándole una pátina algo más épica.

El Agente Libre ahora mismo es una evolución de ese concepto, adaptándolo a esta realidad. Una realidad en la que la tecnología ha evolucionado y lo que antes era un modelo no escalable, ahora puede convertirse en un imperio sin techo de crecimiento. Podemos llegar a muchísima más gente, crear un negocio completo sin apenas conocimientos técnicos y, básicamente, tener una parcela en internet en la que decidimos cómo trabajamos, en qué y con quién.

🤜 Los Agentes Libres, unidos 🤛

Una de las claves más interesantes de esta nueva dinámica, de esta opcionalidad y flexibilidad que aporta internet a sus ciudadados o "agentes", es la facilidad para que estos trabajen juntos.

Que ahora mismo tengamos la capacidad de apalancamiento suficiente como para crear nuestros propios imperios solos, no significa que tengamos que hacerlo. Podemos elegir asociarnos entre nosotros, juntarnos alrededor de una idea o un proyecto común, echarlo a andar y, una vez terminado, continuar nuestro camino como agentes libres.

Estas colaboraciones, surgidas en base a iniciativas concretas y con diferentes niveles de implicación, permiten sacar lo mejor de cada uno y, en conjunto, desarrollar proyectos muchísimo más prometedores y con mayores posibilidades de éxito que si los acometieran por su cuenta.

El concepto es parecido al sistema de estrellas de Hollywood o a las series de TV. Todos los participantes en una serie o película son agentes libres que se juntan para desarrollar una idea, producirla y llevarla a la pantalla. Una vez terminada, esta asociación se diluye y cada uno de los implicados es libre para trabajar en otros proyectos. Es más, el escenario ideal es que trabajen en muchos más proyectos y que todos tengan éxito, ya que el prestigio de uno de ellos aumentará también el caché de todos los proyectos en los que participe.

En este ecosistema todos los implicados son independientes y se invita al éxito individual de cada uno, ya que repercute en el valor de aquello en lo que participe.

Si trabajando para una compañía tu potencial se diluye, trabajando en este otro tipo de colaboraciones ese potencial, —tus habilidades, destrezas y todo aquello que se te da bien y te hace único— sólo crece exponencialmente al lado de personas que complementan tus habilidades con las suyas.

De nuevo, un círculo virtuoso surgido de la colaboración entre agentes libres, que se beneficia de lo mejor de cada uno y que, juntas, son capaces de conseguir resultados mucho mejores.

🗒 Notas finales

Creo mucho en este futuro y en cómo vamos hacia un modelo de descentralización general, trabajo incluido.

Esto, unido a cada vez más gente empoderándose para dar rienda suelta a sus ideas y crear sus propios negocios (junto a las las herramientas que les permiten hacerlo) dará como resultado más personas uniéndose para trabajar y colaborar en proyectos concretos.

Nos desasociamos de nuestro puesto de trabajo y, como agentes libres, elegimos asociarnos entre nosotros.

Si las compañías tradicionales se forman de forma jerárquica, de arriba a abajo, las colaboraciones del futuro se formarán de forma horizontal; creándose y disipándose según las necesidades.

FOOTNOTES
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