La Era de la Perspectiva (Parte II)
Esta edición forma parte de una serie en la que estoy hablando sobre el estado de la Creator Economy (sólo que en realidad hablo del estado de internet en general, nuestra atención en particular y cómo podemos protegernos y elevarnos a pesar de todo 🤞)
La semana pasada te conté cómo está el percal (no muy bien) y cómo hemos llegado a esto.
Puedes leerla aquí, pero te dejo el resumen para personas ocupadas:
RESUMEN PARA PERSONAS OCUPADAS👌
Básicamente, la Creator Economy empoderó tanto que saturó internet y —como encima se hizo con los incentivos incorrectos que nos imponían las plataformas y los algoritmos diseñados para secuestrar tu atención— se ha llenado de 💩
La IA ha venido a automatizar del todo la creación y distribución de contenido, lo que nos tiene ya sobrepasadas de estímulos, con la cabeza loca y haciendo scroll en el vacío porque es lo que llevamos años haciendo y no sabemos interactuar con la información de otra manera.
Pero lo que hace unos años era entretenido, una manera de aprender o de estar conectada a otras realidades, ahora está completa y absolutamente vacío de significado.
Y nos afecta a todas.
Como personas intentando navegar internet y el cúmulo de estímulos que nos rodean.
Y también a aquellas personas que siguen queriendo imaginar algo significativo dentro de ese internet, porque hay algo agotador en intentar crear significado en un sistema diseñado para extraer valor de todo.
Antes lo intuías, ahora lo sientes clarísimamente. El zeitgeist ha cambiado.
En un mundo de sobre-abundancia de “contenido”, la única manera de recuperar la atención (la nuestra y la de la audiencia a la que ayudamos) es con perspectiva.
✨ Perspectiva ✨ es tener un punto de vista y una opinión sobre lo que realmente importa y lo que no. Significa tener entendimiento holístico; ser capaz de ver la foto general en vez de quedarse en los detalles.
Cuando todo se vuelve reproducible, optimizable, escalable y, por lo tanto, fungible, la gente busca lo contrario; lo escaso (lo exclusivo, si quieres), lo diferente.
Y lo escaso ahora es la perspectiva. La capacidad para —cuando nos arrolla la información, los estímulos vacíos, el “contenido”, el ruido…— poder elevarnos por encima de todo ello; tomar distancia, ganar enfoque y usarlo para darle sentido a lo que pasa a nuestro alrededor.
Esta capacidad para reconocer la señal entre el ruido se entrena, pero no es una habilidad técnica.
Tiene mucho más que ver con la claridad, con la capacidad para filtrar el mundo basándote en la intuición; la habilidad para discernir qué merece la pena ser leído, visto, escuchado, perseguido.
Y como decía, es escasa. No todo el mundo la tiene. Y cada vez es más necesaria.
Como es escasa y necesaria, hay valor percibido en ella, así que puede haber un intercambio. No necesariamente monetario, también de confianza, de atención.
Por eso la veo como una nueva economía.
Una que no se mide en dinero ni en métricas. Sino en resonancia, criterio y capacidad de transformación.
La Perspective Economy
En la era de la abundancia de contenido e información, en un momento en el que todos tenemos acceso a las mismas herramientas para crear y construir, lo que nos falta es significado → la manera en que una mente concreta transforma el mundo en algo que tiene sentido para ella y para otros.
Si volvemos a mirar a los últimos años, nos damos cuenta de que la Creator Economy fue una etapa de acceso. De acceso a herramientas, a plataformas, a información.
Esta Era de la Perspectiva es una etapa de madurez.
No basta con tener toda la información, no basta con dominar más herramientas, no basta, sencillamente, con crear.
Lo valioso ahora no es eso, sino la capacidad de discernir.
En los años que vienen, la pregunta a hacerse ya no será "¿Qué vas a crear?” sino “¿Merece la pena hacerse? "¿Qué mirada vas a aportar al mundo?” y, si me apuras, “¿Cómo vas a cultivarla?”
☝ Ahí es donde se está desplazando el valor. No al contenido, sino al contexto.
La ejecución deja de ser tan importante, pero la comprensión holística lo es todo.
La frontera ya no es el volumen, es el discernimiento.
Apuntes sobre el gusto y el punto de vista
Del cruce entre la sobre-abundancia y la escasez de atención significativa, surge esta necesidad cada vez más urgente; la de cultivar una mirada propia, la de desarrollar un punto de vista único.
Y ojo aquí porque esta es la clave 👇
Aportar tu punto de vista se refiere a ese proceso, nacido de tu intuición, de reducir las cosas a su esencia, a lo más relevante para ti.
En un mundo de hiper abundancia de “contenido”, tener un punto de vista afinado que te permita filtrar el ruido se convierte en una cuestión de supervivencia intelectual.
Y, en este contexto, el criterio propio —el gusto de toda la vida— será análogo a la habilidad para leer las estrellas cuando intentas sobrevivir en el mar sin brújula.
La capacidad para distinguir lo que importa de lo que no, en un mundo que se ahoga en irrelevancia.
Esto es lo que en el mundo del arte (y en los últimos años se ha trasladado también a internet) se conoce como «curar»; seleccionar, ordenar y dotar de sentido a una colección de objetos o contenidos.
Y se llama «curar» porque no tiene tanto que ver con el arte o las obras en si, sino sobre qué dejas entrar y qué no. Cómo cuidas tu mente.
Qué lees, qué escuchas, a quién sigues. En resumidas cuentas, dónde decides poner tu atención.
Por eso cuando yo hablo de este tema me lo llevo a un terreno tan elevado como el de la responsabilidad.
Porque cuando la abundancia es infinita, la atención lo es todo. Y aquello a lo que se la prestas configura cómo piensas, como vives, incluso quién eres.
Si la atención es nuestra mejor arma para defendernos del ruido, el gusto se convierte en la punta de lanza de la misma.
Es el mecanismo con el que filtramos, jerarquizamos y señalamos qué importa, qué merece la pena. Y qué no.
Así es como proteges tu mente y, en este proceso, ganas perspectiva. Te conviertes en señal ✨
Es esa perspectiva (la tuya) la que transforma la información en algo con significado.
Y así es como volvemos al comienzo de mi tesis.
Si la Creator Economy ya no existe pero hay más gente creando que nunca, las personas que prosperarán serán las que sean capaces de mantener y ganar perspectiva y aportar su punto de vista único al mundo.
Las personas con el gusto afilado, que sepan filtrar su mirada de una forma tan única que no puedas evitar querer mirar a través de sus ojos.
Y, en esta nueva economía, la atención sigue siendo valiosa, pero deja de ser el objetivo y se convierte en consecuencia;
Dejamos de tratarla como un recurso externo que puede ser capturado y empezamos a tratarla como un recurso interno que cuidar: primero la nuestra, después la de los demás.
Conclusión (o consecuencia) de todo esto
Si tomamos como válida esta hipótesis, se abren más ideas, más matices.
¿Cómo cultivas tu propia mirada?
¿Como construyes perspectiva y la imbuyes en lo que haces (que es una manera poética de decir que tomas las riendas y te haces dueña de tu punto de vista en vez de pasivamente seguir las modas o “lo que se lleva”)?
Podría empezar diciendo que una mirada se cultiva con el tiempo, y fuera de los feeds impuestos por los algoritmos, con curiosidad y abrazando la fricción, igual que un músculo crece sólo cuando lo sometes a estrés.
O que perspectiva va más allá de sólo diferenciarse. Tu perspectiva no es un adorno de marca. No es algo que añadas a tu trabajo para hacerlo más “auténtico” o “distintivo”.
Es lo que lo sostiene desde dentro. Es el sistema operativo. La capa profunda que organiza cómo piensas, cómo eliges, cómo creas, cómo decides qué tiene sentido y qué no.
Cuando asumes como cierta la idea de que:
1. Estamos ahogándonos en una corriente diseñada para capturar tu atención y que te impide refinar tu criterio.
2. Que ese mismo criterio que te están atrofiando es básicamente la mejor brújula que tienes para navegar lo que se viene…
… te das cuenta de que necesitas salir de esa dinámica y crear tu propio santuario mental, tu entorno de pensamiento que te de el espacio y el tiempo para poder cultivar tu mirada, profundizar en tus ideas y construir poco a poco ese sistema operativo que se diseña desde dentro, en función de como piensas, qué te importa y qué quieres aportar.
☝ Estas son cosas que yo enseño en mis formaciones: a pensar en sistemas, a desarrollar una mirada propia a través de cada nota, cada conexión, a construir desde dentro hacia afuera.
Estoy trabajando en terminar el currículum core del System Design Kit, un programa que —si aplicas— te convertirá en un perfil mucho más preparado para esta nueva era. No sólo para navegar la tecnología y orquestar las herramientas, sino para diseñar los sistemas a tu alrededor que lo controlan todo.
Una vez terminado, el plan es incorporar a ese currículum la IA como aliada para expandir el criterio.
Y luego seguiré trabajando en la parte de la comunidad.
El System Design Kit está cerrado hasta otoño mientras dejo bien asentados esos cimientos, pero puedes apuntarte a la lista prioritaria desde aquí para enterarte de cuando se abran de nuevo las puertas
Todo lo de arriba son acciones que responden a mi propia intuición sobre hacia dónde va todo esto y cómo puedo protegerme yo, mi negocio y ayudar a las personas que confían en mi a hacer lo mismo.
En la próxima edición* te cuento más sobre lo que creo que puedes hacer tu.
(y digo creo porque lo primero es aceptar que ninguno tenemos certidumbre real sobre lo que viene y cómo va a afectarnos, pero si tengo la seguridad de que llevo pensando en esto muchos años)
Hasta entonces, estoy trabajando en una cosita que expande un poco más en esa idea de diseñar sistemas y entornos de pensamiento y significado; una de las habilidades más cruciales para los años venideros, if you ask me.
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La semana que viene vuelvo a contarte mis rumias*.
Hasta entonces, puedes empezar a practicar lo de honrar tu atención y compartir esto para mostrarle al mundo qué te importa 😉
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Gracias por leer!
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